No cobrizo, diamantino.

"Sacar el cobre" es una de las expresiones coloquiales más simpáticas de México. Si el entendimiento no me falla, dicha frase se refiere al momento en que las personas enseñan las verdaderas intenciones, se evidencian, dejan de fingir o cuando la "careta" se desvanece.
 

Quisiera imaginar que el origen de tan particular dicho tuvo lugar en alguna incipiente transacción: algún vendedor trataba de colocar una baratija, bañada de chapa de oro, que al caer en manos del potencial comprador ¡zas! la naturaleza cobriza del artefacto salió a relucir.

Es sólo mi imaginación, desconozco de dónde "salió el cobre".

Sin mayor complejidad hoy hago un sincero homenaje a quienes, anticipadamente, dejan ver su naturaleza deshonesta, traicionera, mezquina...

Dios aleja de nuestras vidas a las personas negativas. Por el súbito en esos momentos la adrenalina nos obnubila, pero pasada la emoción podemos apreciar la lección, palpar la moraleja.

Que nuestra esencia sea diamantina, cual roca firme que a base de experiencia se va puliendo. Permitamos que la vida extraiga de nosotros la mejor versión, con amor. Alejemos nuestros ojos del brillo falaz del cobre pues, como en otras cosas, la verdadera luz sólo emana de adentro.


IMD

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